CREACIÓN, ESTRATEGIA Y
MANAGEMENT DE EMPRESAS Y ORGANIZACIONES DESDE PERSPECTIVAS DIFERENTES E INNOVADORAS

lunes, 1 de septiembre de 2008

ARMAS CHAMANICAS DEL CONSULTOR Q (2)


"LA LANZA DE SAN JORGE"


Hablando con un buen amigo y cliente, presidente de una asociación empresarial, me expresaba esa misma mañana su malestar por el comportamiento extremadamente hostil que algunos clientes, aseguradoras y autoclubs respetables, dispensaban a las empresas de su sector. Estos clientes, que en la relación mercantil están en una posición de superioridad y que pueden establecer “las reglas de juego” que les convienen a las pequeñas empresas, aprovechan la superioridad para desarrollar medidas que van más allá de la búsqueda de la optimización de recursos, y no dudan en amenazar, incumplir pactos o incluso crear situaciones de moobing interempresarial, aunque esta actitud no les favorezca mercantilmente.
Esta situación, que suele ser más abundante en el seno de las empresas con situaciones de moobing entre personas, también se da en las relaciones entre empresas cuando una de las partes es más potente que la otra. Es una de las formas del llamado “Efecto Lucifer”
En 1971 un equipo de investigadores liderado por Philip Zimbardo de la Universidad de Stanford diseño y llevó a cabo un famoso experimento. Se reclutaron voluntarios entre los estudiantes universitarios que desempeñarían los roles de guardias y prisioneros en una prisión ficticia. Los resultados conforman el llamado “Efecto Lucifer “. Así lo relata el profesor Zimbardo
“Fue mi intento para determinar qué ocurre cuando pones a gente buena en un lugar malvado: ¿Triunfa la humanidad, o la fuerza de la situación puede acabar dominando hasta al más bueno de nosotros? Mis estudiantes de Stanford, Craig Haney y Curt Banks, y yo creamos un ambiente carcelario muy realista, una ‘mala cesta’ en la que colocamos a 24 individuos voluntarios seleccionados entre estudiantes universitarios para un experimento de dos semanas. Les elegimos de entre 75 voluntarios que pasaron una batería de tests psicológicos. Tirando una moneda al aire, se decidía quién iba a hacer el papel de preso y quién el de guarda. Naturalmente, los prisioneros vivían allí día y noche, y los guardas hacían un turno de 8 horas. Al principio, no pasó nada, pero la segunda mañana los prisioneros se rebelaron, los guardas frenaron la rebelión y después crearon medidas contra los "prisioneros peligrosos". Desde ese momento, el abuso, la agresión, e incluso el placer sádico en humillar a los prisioneros se convirtió en una norma.
A las 36 horas, un prisionero tuvo un colapso emocional y tuvo que ser liberado, y volvió a ocurrir a otros prisioneros en los siguientes cuatro días. Chicos buenos y normales se habían corrompido por el poder de su papel y por el soporte institucional para desempeñarlo que les diferenciaba de sus humildes prisioneros. Se probó que la "mala cesta" tenía un efecto tóxico en nuestras "manzanas sanas". Nuestro estudio de dos semanas tuvo que parar antes de tiempo después de sólo seis días porque cada vez estaba más fuera de control”.
Personas normales, sanas psicológicamente se comportaron como psicópatas. Hannah Arendt habla de la "banalidad del mal" como un tipo de excursión temporal y localmente específica en el terreno del mal para cualquier persona normal. Este tipo de comportamientos hizo posible el Holocausto en la Alemania nazi o los numerosos casos de principios del 2003 abuso y tortura de prisioneros encarcelados en la prisión de Abu Ghraib , en Irak.
¿Y qué hacer frente a esto? Zimbardo diferencia tres tipos de comportamiento:
El que se adhiere al torturador
El que “pasa” y se calla, mientras que lo dejen tranquilo: suele ser la mayoría
El que se opone y lucha

La solución pasa por usar “la lanza de San Jorge” y atacar con valentía al dragón. Cualquier persona debería hacerlo, y más un consultor que en su papel de chamán debe ejercer un auténtico papel de exorcista frente a esa semilla del mal. Nunca una empresa, o un sector puede funcionar y dar sus frutos a inversores, trabajadores y ciudadanos que adquiere bienes o servicios, si en su seno habita el mal.
La “lanza de San Jorge” se arma según Zimbardo con lo que denomina “imaginación heroica” y además se compone de un fuerte sentido ético que hay que implantar en la empresa como ente además de buenas dosis de empatía con las personas que se sitúan en el escenario. Por supuesto ello conllevará, si somos los afectados la firme resolución de resistir y luchar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y cómo se aplica el sentido ético o la empatía en una empresa?

¿Hay ejemplo de aplicaciones prácticas de esas teorías?

Como texto está muy bien, pero creo que se queda en buenas intenciones muy "new age"...

salu2

Filemón Galarza dijo...

Por supuesto que hay técnicas para aplicarlas, ello implica la intervención in situ del consultor en la organización, y la confección artesanal de los remedios terapeúticos necesarios. Nuestra experiencia ha sido positiva y amplia, no se trara de "buenas intenciones" sino de práctica contrastada. Gracias por su aportación