La magnífica profesora y divulgadora Julieta N. Fierro Gossman, de la UNAM, en un artículo reciente, a partir de la noción de caos y su relación con el orden que se percibe en el universo, maravilla nuestro pensamiento afirmando que "en particular las transiciones de las partículas pueden estudiarse de manera más adecuada recurriendo a la teoría del caos. Así, es posible concebir otros universos, paralelos al nuestro y totalmente incomunicados, cada uno con su física muy peculiar determinada por el caos......Así el universo posee orden y desorden, cosmos que se forman y se expanden y pueden dar origen a cuerpos simétricos como las galaxias con estrellas, planetas anillados y vida. La presencia del caos en todas las escalas del universo implica una gran diversidad de posibilidades y, por consiguiente, uno o varios universos con enorme potencial de crear diversidad".
Es decir el caos, como elemento creativo, es capaz de crear incluso situaciones de orden , un ir y venir de continuas posibilidades…
Prigogine fue uno de los primeros científicos contemporáneos que advirtió que pueden ocurrir cosas extrañas en este caos alejado del equilibrio. Una situación en la que no sólo se desintegran los sistemas, sino que emergen sistemas nuevos: una propiedad del caos alejado del equilibrio es que contiene la posibilidad de autoorganización .
Prigogine encuentra estructuras autoorganizativas en todas partes: en biología, en los vórtices, en el crecimiento de las ciudades, en los movimientos políticos, en la evolución de las estrellas. Prigogine denomina "estructuras disipativas" a esos ejemplos de desequilibrio y autoorganización.
Un grupo, equipo, sociedad, como un animal, una empresa o cualquier sistema integrado, mantiene sus funciones en equilibrio dinámico por medio de una constante circulación de materia, energía e información, tanto en su interior como en relación con su entorno, una isla de orden en el caos…
Pongamos ejemplos , ¿ porqué algunos grupos no son lo eficientes y eficaces cómo a priori parecen ser atendiendo a las características individuales de sus componentes? Todos podemos recordar, por ejemplo equipos de futbol plagados de figuras vapuleados por conjuntos teóricamente inferiores, equipos de vendedores estrella que fracasan o conjuntos aparentemente mediocres que triunfan en diferentes ámbitos.
Hemos de rechazar la visión parcelada, y parcial, de valorar grupos por sus componentes y no por el grupo en si, ya que los grupos se autoorganizan según variables internas y de entorno.
Leo al maestro Escohotado en “Caos y Orden” :
“Meticulosos trabajos hechos por entomólogos consiguieron identificar en algunos hormigueros a los miembros más trabajadores y a los más propensos a la ociosidad, permitiendo así un experimento interesante. ¿Qué pasaría si – habilitando unas oportunas reinas– las hormigas más laboriosas fuesen reunidas en alguna colonia separada, y las más ociosas en otra? Una lógica lineal sugiere que el primer hormiguero progresará en alto grado, y que el segundo se hundirá muy deprisa en la miseria. Con todo, nada parecido sucede. Los rendimientos de cada población resultan no muy distintos…
Es decir.. cada nuevo hormiguero tiene su porcentaje de trabajadores y de ociosos sea cual sea su origen anterior
No sabemos si los más propensos al ocio en una población de hormigas equivalen a astrónomos, rateros o ejecutivos
en una población como la nuestra; ni si los diligentes equivalen a mendigos, artistas y magnates, o viceversa. Pero experimentos como el referido muestran la vitalidad de una situación alejada del equilibrio, cuyo presupuesto primario es mantener diferenciación”.
Da para pensar a la hora de organizar equipos…
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