CREACIÓN, ESTRATEGIA Y
MANAGEMENT DE EMPRESAS Y ORGANIZACIONES DESDE PERSPECTIVAS DIFERENTES E INNOVADORAS

viernes, 23 de julio de 2010

un taxi a 38 grados : aire acondicionado y liberalización

Es habitual la tendencia de determinados empresarios, o grupos de empresarios a "cerrar mercados" a contingentar las posibilidades de actuación en una determinada área económica o sector. Una muestra de ello han sido ( y siguen siendo en muchos casos) instrumentos como las "autorizaciones" o "licencias previas" para el ejercicio de una actividad. Siempre que existe una contingentación mediante intervención del estado de manera casi inevitable surge un mercado paralelo y fraudulento sobre estas autorizaciones. En España lo hemos visto con las tarjetas de transporte, por ejemplo.

Hoy tenemos ejemplos que persisten, por ejemplo en el sector del taxi.

Los taxis tiene una autorización administrativa, y nadie puede libremente ejercer esta actividad sin la citada autorización. Ello conceptualmente se ampara en la noción de "servicio público" y con ello se trata de garantizar un servicio al ciudadano. Sin embargo lo que ocurre en la práctica es todo lo contrario.

Ayer tuve una agradable comida con un muy alto cargo de la Dirección General de Tráfico a propósito de celebrar un largo proceso de creación normativa en el que tuve la satisfacción de intervenir. Tras la comida, y habida cuenta que tenía tres horas libres antes de tomar el tren de vuelta a Valencia, decidí junto con un compañero de la comida acercarme a una librería del centro de Madrid a buscar un par de títulos. Tomamos un taxi en la parada de delante del restaurante, situada en la puerta de un Hotel de 5 estrellas. Cuándo le indicamos al taxista la dirección nos protestó con una falta de educación e impertinencia atroces. Nos dijo que él no estaba en una parada para un servicio de 6 euros, que llevaba allí media hora esperando una carrera al aeropuerto o similar, que si no podíamos haber tomado el taxi en otro sitio... etc. Por prudencia y educación aligeramos la controversia y dejamos en monólogo sus quejas mientras nos acercaba - con 38 grados y sin aire acondicionado - a nuestro destino. Nos explicó que el aire acondicionado "gasta mucho", y que tampoco tenía navegador ya que "quién no sabe dónde va ,que se apañe". Cuando bajábamos del taxi le recomendamos, con una sonrisa, que quizá con otro trabajo sería más feliz.

Ello me hizo volver a convencerme, mediante esta sudorosa experiencia, de los males de la falta de liberalización en la economía real. Tuve que tomar el primer taxi de una parada, ya que así lo establece una norma, sin poder elegir el tercero o el quinto, que son vehículos más cómodos y con aire acondicionado ( y no es difícil que con un conductor más amable); hay contingentación para garantizar el servicio público pero en más de una ocasión no he podido tomar un taxi en alguna ciudad si a esa hora se retransmitía un partido de fútbol importante, por lo que la garantía de medio de transporte no existe. He de pagar el mismo precio de carrera con un taxi limpio y nuevo que con uno digno de desguace... Desde un punto de vista empresarial el taxista emprendedor ve limitadas sus posibilidades ya que no puede variar precios, ni buscar nichos de mercado dónde seguro pagarían tarifas más altas por un servicio de mayor calidad, o de menor oferta... Es decir mata cualquier intento de mejora, de innovación y es un freno a la inventiva. Un país como el nuestro con el Turismo como fuente de creación de riqueza no puede mantener sectores conexos como el del taxi con regulaciones del siglo pasado. La falta de libertad en la fijación de precios, condiciones, mejoras...y la imposibilidad de innovar para ganar mercado, o ganar más , lleva a que ,incluso, el pequeño fraude persista ( el "palo" al turista). Claro, es difícil que el taxista entienda que libertad de precios, diferentes tipos de taxi y de compañías, ampliación de servicios y mercado libre le favorecería... y es evidente que así es a medio plazo. Y seguramente el taxista maleducado, sucio y poco servicial desaparecería frente al taxista profesional, limpio y honesto ( que son muchísimos...). La Ley Omnibús ( a pesar de las protestas de los sindicatos y asociaciones de taxistas) puede afectar a este sector, que necesita una limpieza urgente.

Para pensar.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad es que da muy mala imagén para el turísmo que es la principal fuente de ingresos en España.
Feliz cumpleaños!!!
Enhorabuena por las buenas notas de tus hijos.
Besos.cuarzo.

Anónimo dijo...

La palabra "contingentar" no existe. EScribe usted muy bien, pero si me permite el comentario, no desluzca sus textos con tamaños atentados contra nuestra tan bello idioma.

Un saludo.

Filemón Galarza dijo...

Estimado anónimo, consulte usted el Diccionario de la Real Academia de la Lengua:

contingentar.
1. tr. Fijar un cupo, especialmente en la distribución de mercancías y servicios.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Le dejo el enlace, por si quisiera consultarlo

http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=contingentar

Aunque es una palabra muy utilizada en "jerga" empresarial y económica me ha hecho buscarlo para corroborarlo. Gracias por ello, ya que nunca se he de estar seguro completamente de que uno no se equivoca.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Estimado Sr.

sin duda, al tratarse de un manifiesto error por mi parte (lo cual sin duda me enerva por cuanto me considero una persona conocedora de la lengua), no puedo sino disculpame y, a mi vez, agradecerle la corrección, pues es un error que no volveré a cometer.

Nihil obstat, prefiero no comentar más errores (que, ahora sí, me ha hecho también verificar previamente) por si acaso considerara que mi intención no es otra que la de "buscarle las cosquillas", algo nada más lejos de la realidad.

Seguiré atentamente sus entradas, a la par que aprendo es realmente entretenido.

Un cordial saludo.

PS: quiero creer que si hubiera estado en lo cierto, hubiera usted publicado el mensaje igualmente. Algo me dice que así es.

Filemón Galarza dijo...

Gracias por su clemencia. Aunque me gusta aprender ya creía que se iba a ofrecer como Pigmalión o algun efecto similar. Sale Vd. de alli, no es cierto

Anónimo dijo...

En modo alguno es clemencia, siento si le parecí prepotente. Cierto es que me gusta, por deformación profesional, cuidar mucho el lenguaje. No es menos cierto que es muy extraño que alguien, como usted ha hecho, admita una crítica constructiva -errada en este caso-. Así pues, sin creer haber pecado, sí le agradezco la lección que me ha dado y que, tenga por seguro, tendré en cuenta en el avenir. (¿existirá avenir o es un galicismo?).

Caí en su blog por casualidad, espero no le moleste tenerme por aquí. ¿Salir? Yo no salgo de ningún sitio, me acaba de evocar la imagen de una planta, ignoro por qué, lo consultaré con Lacan.

Pigmalión. De nuevo manifiesto mi ignorancia al decirle que lo único que relaciono con Pigmalión es Galatea y una leyenda, pero nunca se me dieron bien las cosas poco terrenales, así que si me permite, me ausento para confirmar con San Google la historia del susodicho.

Gracias por su tiempo, le sigo con atención.

Un saludo.

Filemón Galarza dijo...

Ni pecados ni lecciones. Gracias por leer y comentar mi blog. Se agradece escribir para ser leído (aunque no es el primer propósito).¿Lacan? Bueno.. hay gustos y gustos... jajaja

Anónimo dijo...

Agradezco sus palabras, comenzaba a sentir picazón.

¿Qué le ocurre con Lacan? Lástima que una entrada sobre él no tenga lugar en su blog. Caso contrario le retaría a que la escribiera, sería un interesante debate.

Cordiales saludos.