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miércoles, 19 de noviembre de 2008

Orlov Most

Esta semana pasada paseaba por “Orlov Most”, el punto “0” de la capital de Bulgaria, Sofia. Orlov Most se traduce del búlgaro como “Puente de las águilas”. Es un puente coqueto, pequeñito, sobre el rio Perlovska. En los cuatro extremos del puente, cuatro magníficas estatuas de águilas, vigilando los cuatro puntos cardinales. Es sin lugar a dudas un punto mágico de la ciudad, oculto entre el caótico tráfico de Sofia ; quizá sea más evidente la Catedral Alexander Nevsky, pero me encariñé de Orlov Most como suma de símbolos. Primero por ser un puente, un medio de acercamiento; también por sus águilas, que dirigen sus agudas miradas a todos los puntos de los Balcanes. Bulgaria es el centro de esta península de historia compleja. Se superponen los estratos celtas, tracios, griegos, romanos, eslavos, turcos, rusos… Los búlgaros han absorbido lo mejor de cada civilización y ha configurado una especial idiosincrasia. Un país mágico al que le espera un futuro prometedor. Su situación estratégica le hace ser un punto crucial entre la U.E, el gigante ruso y Oriente Medio.
Una vez liberados del corsé de la economía planificada de su reciente pasado comunista y la resaca posterior de una entrada rápida en la economía de libre mercado , con esas zonas “grises” en las adaptaciones rápidas, como los nepotismos y corrupciones, Bulgaria podrá erigirse en la clave de los Balcanes. Un ejemplo de tolerancia e integración : la Mezquita , la Sinagoga (en la foto de la derecha )y la Catedral Ortodoxa Alexander Nevsky ( foto inferior ) están prácticamente juntas… y en su centro el Mercado central ; toda una alegoría: respeto e intercambio.
Ya los búlgaros demostraron su espíritu cuando se negaron en bloque a la deportación de judíos a los campos de exterminio a pesar de ser aliados de Alemania. Han resistido cinco siglos de ocupación otomana, varias etapas de larvada ocupación rusa, soviética y zarista; sin embargo nunca perdieron identidad ni idioma.
He notado cierto fatalismo retroactivo en el sentir general del búlgaro, pero existe una innegable habilidad de este pueblo para adaptarse y sobrevivir, y este es un elemento radicalmente necesario en nuestro , cada vez, mas complejo mundo.
Disfruté en Sofia, los paseos por Vitoshka, el rakiya y la música…
Vine enamorado de Bulgaria. Cultura, futuro, rosas y vino.
Gracias , Благодаря.
Y para ambientarnos ,nada mejor que una muestra de su música (pinche en el enlace )
http://es.youtube.com/watch?v=hpFbgPdadoM&feature=related

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La próxima vez que vayas a Bulgaria y vuelvas a Orlov Most, sería estupendo que hicieses un primer plano de una de las águilas. Deben ser impresionantes.
Besos! Antía

Anónimo dijo...

Querido Consultor:

¿No has traído nada de allí para los amigos? ;)

Ya me paso a verte un día de éstos ...

Je je je

P.d.: Me gusta el artículo (Jes´s)