CREACIÓN, ESTRATEGIA Y
MANAGEMENT DE EMPRESAS Y ORGANIZACIONES DESDE PERSPECTIVAS DIFERENTES E INNOVADORAS

sábado, 11 de abril de 2009

Swann y clientes




¿ Y qué hacemos cuando tenemos que ocuparnos de clientes como los referidos en la anterior entrada...?. La respuesta es tan fácil como difícil. Nassim Nicholas Taleb lo refiere bien en su obra "¿ Existe la Suerte?".



Pongamos un poco de literatura... Swann, el personaje de "En Busca del Tiempo Perdido" de Marcel Proust ( en la foto), es un refinado comerciante que se siente cómodo con personas como el Príncipe de Gales, pero que actúa como si debiera demostrar algo, cuando se relaciona con esa clase media ignorante y zafia de nuevo cuño y fortunas recientes. A menudo y a pesar de nuestro esfuerzo, conocimientos , sensibilidad y suficiencia, debemos ganarnos obsesivamente el respeto de "paletos con ganancias excesivas y acento cateto" ( la frase no es mía, sino de Taleb). Es decir, hemos de lidiar con "empresarios" ( el entrec0millado sí es mio, de alguna manera hay que llamarlos) que en su posición de clientes a veces no muestran ni siquiera la educación necesaria. Menos muestran su respeto por los conocimientos o soluciones que aportamos...

En estos tiempos de penurias económicas quizá no debemos renunciar a esos ingresos, además debemos mostrar nuestra responsabilidad social como consultores ya que sus empleados, o los asociados de las asociaciones que presidan o dirijan (por decir algo, lo de "dirigir") tampoco son responsables de la patética postura de estos personajes. Mostremos nuestro lado sereno, y solamente pensemos que es nuestra contribución a la mejora del mundo. Al fin y al cabo, demos una oportunidad a Darwin ( el de la barba) y esperemos que sean una especie superada... Hay más círculos en los que mejorar, en los que intercambiar opiniones y conocimientos, y muchísimos clientes que te hacen sentir bien, simplemente por el hecho de cumplir tu papel y dejarte que ayudes en su mejora. Como Swann disfrutemos de esos círculos ilustrados, y leamos también a Proust, dejando los best sellers, códigos varios, literatura rosi-progre, pilares de las tierras varios, y demás telefilmes de siesta dominical escritos para otros seres... Es, a veces, triste comprobar que lo vulgar, intelectualmente y también en cuanto a calidad humana, es abundante... en los negocios, en las Universidades, en la vida...

jueves, 9 de abril de 2009

Orfeo y la antropofagia

Uno de mis personajes clásicos míticos preferidos siempre ha sido Orfeo.
Este, poeta y célebre músico, era hijo de Eagro, rey de Tracia. Estudió las leyes y la filosofía y recorrió Egipto para consultar a los sacerdotes de este país y ser iniciado por ellos en los misterios de
Isis y Osiris. Después visitó Fenicia, el Asia Menor y Samotracia, y de vuelta a su país natal dio a conocer a sus compatriotas el origen del mundo y de los dioses, la interpretación de los sueños y la expiación de los crímenes, e instituyó las fiestas de Baco y de Ceres. Enseñó a los griegos sabios conocimientos de astronomía, cantó la guerra de los Titanes, el rapto de Perséfone a manos de Hades y los trabajos de Hércules, y fue considerado como el padre de la teología pagana.
La mayor notoriedad de este personaje fue alcanzada popularmente por su descenso a los infiernos en busca de
Eurídice, su amada, para salvarla de la muerte producida por la mordedura de una diabólica serpiente.
Orfeo, no es un héroe al uso de la época, sino un pacificador con influencias civilizadoras; Enseña a los hombres la agricultura, hace que abandonen la antropofagia, y es también músico y poeta, inventor del Hexámetro. Con su canto las fieras se aplacan, el tiempo se detiene, las rocas y árboles se mueven para seguir el ritmo de su música, incluso es capaz de aplacar la ira de los dioses.


A veces nuestro papel debe ser órfico, aplacando a las fieras (incluso las propias interiores), y sobre todo luchar contra la antropofagia. Hay una especie de empresarios (título dado solo porque dirigen o mantienen empresas) que practican la curiosa antropofagia con todo aquel que ose en contradecir sus, muchas veces obtusas posiciones. Suele pasar que cuanto menor formación mayor antropofagia, incluso suelen aparecer como ogros o brujas (y se suelen aliar) y así toman comportamientos agresivos explícitos o implícitos contra asesores, colaboradores, consultores, empleados o incluso clientes… En el fondo son antropófagos miedosos, que no saben dónde dirigir la violencia que nace de su inseguridad. Cuidado con este tipo de clientes, que desprecia el “saber órfico” ganado con tu estudio y experiencia. Lo recomendable es ignorarlos, incluso si consentimos en mantenerlos en nuestra cartera de clientes. Nuestro papel como consultores es ayudar a mejorar las empresas, y así hemos de actuar, aun expuestos a las críticas, o el rechazo, de este tipo de seres. Y ojo… que abundan, aunque son efímeros, y posiblemente sus hijos no heredaran empresa alguna, lo cual es sanísimo para el tejido empresarial.
Dionisos y Orfeo beben de la misma fuente. La enseñanza mágica que se desprende de la asociación de Orfeo con
Dionisos, es que el Mago debe ser capaz de oscilar de un lado a otro, por un lado ser impecable en su acción, arrojando fuera de si lo que no es necesario, por otro lado, ser capaz de quitar sus ataduras y estrecheces mentales.
De su legado, tenemos el famoso juramento Iniciático:
"Juro por aquel que ha separado la tierra y el cielo, la Luz y la oscuridad, lo húmedo y lo seco, que guardaré y custodiaré los Sagrados Misterios….."
El orfismo, tuvo gran influencia entre los pitagóricos, aunque la mayor parte de la época, el orfismo se mantuvo oculto, (en su época podrían ser considerados como "una secta peligrosa", por sus peculiaridades). Es a partir del comienzo la caída del paganismo, cuando los Neoplatónicos recogen su legado y alcanza su máximo esplendor, quedando al final, como uno de los pocos reductos del paganismo, frente al cristianismo.

Orfeo, en su faceta lírica y poética, inspiró películas como la genial “Orfeo Negro” de Marcel Camus (1959), dónde la búsqueda de Eurídice evoca que el amor divino también es posible entre mortales, rodeados de música, frivolidad, sol, noche, poesía… de vida. ¿Cuántas veces hemos bajado a los infiernos a buscar a nuestra Eurídice? ¿Cuántas veces ha muerto mordida por la serpiente de lo banal, las falsas ilusiones o lo mundano y lo turbio?Pensémoslo oyendo “manhá de carnaval” del Orfeo Negro de Camus, Una delicia. Pinche el enlace...http://www.youtube.com/watch?v=nVkDfnGobmI&feature=related